miércoles, 24 de agosto de 2011

24 de agosto de 2006, el día final.


D. Samara Gallegos Romero

Por poco más de tres cuartos de siglo, el mundo entero aprendió que el Sistema Solar estaba compuesto por nueve planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.

Sin embargo, si algo nos ha enseñado la astronomía es que nada es para siempre, y las cosas cambiaron el 24 de agosto de 2006. La Unión Astronómica Internacional (IAU) eliminó de la lista de Planetas a Plutón, y lo colocó en la  nueva categoría de “planeta enano”. La razón para ese cambio se dio a raíz de los descubrimientos de objetos que orbitan más allá de Plutón –en particular el objeto denominado Eris– que parecen ser más grandes que Plutón.
 
Como resultado, la Unión Astronómica Internacional propuso una nueva definición de "planeta": un cuerpo que gira alrededor del Sol sin ser satélite de algún otro objeto, y es lo suficientemente grande para ser redondeado por su propia gravedad (pero no tan grande que empieza a sufrir la fusión nuclear, como una estrella) y que ha "limpiado su vecindad".

Así, es como hoy conmemoramos cinco años de la redefinición del Sistema Solar, mostrándose así nuevos panoramas producto de nuestro mejor entendimiento del Universo.

lunes, 15 de agosto de 2011

LA SEÑAL WOW!


Por Douglas Alberto Gómez Reyes

Big Ear, de la Universidad Estatal de Ohio, ha sido uno de los radiotelescopios más famosos en la investigación de la vida inteligente extraterrestre, por lo menos, por el optimismo que logró infundir en los investigadores. La noche del 15 de agosto de 1977, mientras el telescopio rastreaba 50 canales en la frecuencia del hidrógeno, uno de dichos canales, en concreto el dos, dejó constancia de una transmisión inusual. El voluntario que hacía guardia esa noche, Jerry Ehman, profesor de la Universidad Franklin de Columbus, rodeó con un círculo los enigmáticos registros de la impresora y dejó escrito al margen un exclamativo: Wow! Sin ser consciente de su acción, acababa de bautizar una de las señales más famosas y controvertidas de la historia del proyecto SETI (del inglés, Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre).
Wow!, es una señal que se destacó sobre el ruido del fondo y que en cuestión de 37 segundos incrementó de manera sensible su sonido hasta reducirse y finalmente desaparecer. Se descartó que la señal procediera de la Tierra puesto que 37 segundos era el tiempo necesario que el radiotelescopio Big Ear necesitaba para registrar un punto fijo del espacio; es decir, toda señal procedente del cielo debía incrementarse y decrecer en 37 segundos tal y como sucedió con Wow!
Por otra parte, la señal no era continua, sino intermitente, como quedaba de manifiesto por el hecho de que tan sólo aparecía registrada en uno de los dos receptores del telescopio. En el observatorio de Ohio llegaron a la conclusión de que las ondas Wow! Respondían a una señal fuerte, intermitente y dirigida, y que la fuente de emisión estaba en el espacio exterior. Se abrió la incógnita: ¿podía tratarse de una señal emitida por una civilización extraterrestre? No era descabellado, pero también podía proceder de una sonda espacial terrestre, de la que los científicos del Big Ear no tuvieran noticia. El misterio sólo podrá desvelarse si la señal aparece de nuevo y, desde entonces, los radiotelescopios no han sido capaces de detectar al día de hoy nada similar.

jueves, 11 de agosto de 2011

CATEGORÍA: SUPER PESADOS


Por Douglas Alberto Gómez Reyes

En julio de 2010, mientras medio mundo estaba de vacaciones, las revistas científicas traían noticias sorprendentes y maravillosas. Con el aburrido nombre de R136a1 se bautizaba a la estrella más masiva hasta ahora descubierta, y al decir masiva vaya que realmente lo es: ~ 270 masa solares. 

Ubicada en la nebulosa de la Tarántula, en la Gran Nube de Magallanes, R136a1 desafía las leyes de la física bordeando el límite de luminosidad (límite de Eddington) con 8 millones setecientos mil veces la luminosidad del Sol. Se estima que en sus comienzos R136a1 pudo llegar a tener 300 veces la masa solar.

A raíz de este descubrimiento los científicos plantean enserio la posibilidad de que R136a1 estalle como una hipernova, es decir, que una estrella tan masiva que después de estallar como supernova aún tenga masa suficiente para que su núcleo rebase el límite de Chandrasekhar y se convierta al instante en un agujero negro.

Hasta antes de R136a1 la estrella más masiva era WR102ka, una gigante azul ubicada en la constelación de Sagitario con una masa estimada en 150 veces la del Sol.