La relación intrínseca entre tecnología y técnica hace que por momentos no sea claro distinguirlas entre sí, al punto de considerarlas sinónimas. Esta confusión es más común de lo que uno esperaría así como la sobrevalorada creencia que entre más costosa y compleja una tecnología, más robusta, eficiente y solución de amplio espectro es, cual bala de plata. Nada más falso y riesgoso ya que ello conlleva a inversiones financieras estériles y relega el desarrollo de la técnica condonándonos a ser exportadores y consumidores cautivos de tecnología y técnica para problemas que muchas veces ni nuestros son, deviniendo en contraproducentes tropicalizaciones.
Al hablar de técnica se hace referencia a los procesos, flujos de trabajo, destrezas y habilidades, mientras que al hablar de tecnología, nos referimos a los instrumentos, artefactos, herramientas (Lara, 2016). Entonces, ¿cuál es el origen de la confusión entre ambos términos? Una respuesta está en la forma en como nos relacionamos con la técnica y la tecnología.
Nydia Lara (2016) distingue cuatro formas
de relacionarse: la del usuario, la del usuario profesional, la del técnico y
la del tecnólogo.
Nuestra vida diaria al
estar basada en la tecnología, nos ha vuelto usuarios de ella al grado de
no distinguirla cuando funciona bien. Una vez que sabemos operarla, no
requerimos desarrollar ninguna técnica para emplearla. Por lo tanto, el término
técnica desaparece. El usuario profesional emplea tecnologías con
características por encima de la que opera el usuario cotidiano (V. gr. Un
geólogo ocupa software de modelado estructural de manera rutinaria mismo que no
ocuparía cualquier otra persona no involucrada en esta profesión) y al igual
que el usuario normal, una vez aprendida su manipulación se vuelve
transparente. Sin embargo, el éxito en la solución de un problema depende de
las diferentes técnicas que implemente y desarrolle el usuario profesional con
una misma tecnología (regresando al ejemplo del geólogo, una misma
configuración estructural observada puede explicarse a través de diferentes
regímenes de esfuerzos. Por ello, serán las habilidades y destrezas de los
usuarios [la técnica] mejor desarrolladas las que permitan ofrecer una mejor
explicación). En este nivel de relación se valora la técnica.El técnico, que es un usuario profesional, conoce el funcionamiento interno de la tecnología y le da soporte así como es capaz de hacer modificaciones para mejorar su rendimiento y utilidad. Es a través de sus capacidades, habilidades y destrezas, es decir; la técnica, que hace posible que el usuario normal y el usuario profesional ocupen la tecnología sin mayor contratiempo, así como es el responsable de desarrollar y adaptar la tecnología.
El tecnólogo, quien se encarga de inventar la tecnología futura, requiere de una formación científica rigurosa. Ya que es la persona que debe ser capaz de reconocer los problemas y necesidades e idear a través de sus técnicas las herramientas que aún no existen para dar solución a los problemas o necesidades detectados.
En un mundo tecnificado como el nuestro, delimitar adecuadamente cómo la tecnología y técnica se entrelazan y relacionan entre sí, nos permite mantener claridad como usuarios y eventuales desarrolladores de tecnología y saber si lo que consumimos es en verdad una nueva tecnología o solo una diferente manera de utilizarla.
Referencias
Lara , Z. N. (2016) Ensayos de filosofía de la ciencia y tecnología. Facultad de Ingeniería: Universidad Nacional Autónoma de México.
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